Capítulo 3. Despedida

Rebecca

Durante la media hora siguiente, habló el sacerdote, el director del instituto y sus hermanos. Lo cierto es que todos sonaron bastante forzados, y los hermanos nos sabian muy bien qué decir; en los ultimos años habian mantenido el contacto, pero nunca fueron muy cercanos.

Albert y sus amigos, con los que se llevaba muy bien, tambien hicieron un pequeño discurso. Albert lo dijo todo con un único "Te echaré de menos, chico"; y los otros comenzaron una discusion sobre cual de las habilidades del difunto era la más valiosa. Su "Nadie cocina como tú" acabo siendo la ganadora.

Ha sido de agradecer este pequeño punto de humor, para cortar tensiones.

Finalmente, ha llegado el turno de Jane.

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Jane

Ha llegado mi turno. Me acerco al atril. Agarro decidida el micrófono y la palabras comienzan a brotar.

- Hola a todos. Estamos aqui para decirle adiós a un gran amigo. A mi mejor amigo.

Muchos os estaréis preguntando qué hago así vestida. Teníamos un pacto: si el moría antes que yo, yo debía ir vestida de colores, nada triste; y si era yo quien moría primero, el debía ir, como mucho, en calconcillos a mi entierro - reí - Ya nunca podré verle desnudo..

La voz de la mujer de las noticias vuelve a cobrar vida en mi mente, y las imágenes de aquella noche pasan sin cesar ante mis ojos, como lo han estado haciendo sin parada durante estos últimos días.

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... Y nos está llegando una noticia de última hora: al parecer, un tren ha descarrilado en Montana por culpa de un árbol caído sobre las vías. Todavía no hay cifras seguras, pero se estima un gran número de heridos y se sabe que ya hay varios fallecidos entre los pasajeros. Se trata de un tren de larga distancia que salía de Portland hace unas cuantas horas. El accidente ha tenido lugar entre las paradas de Spokane y Glacier National Park. Nos llega nueva información continuamente, al parecer ha habido, por lo menos, una explosión y se esta comenzando a propagar el incendio. Y aquí nos llegan las imágenes. Los equipos de rescate ya están en marcha, por helicóptero. Va a ser difícil la llegada, ya que es una zona boscosa con muy pocos acesos y lejos de poblacions con recursos para....

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Jane

Se difumina la voz y vuelvo a la realidad.

>> Porque Gale Moore era así. No tuvo nunca una palabra desagradable para con nadie, pero los que le conocíamos sabemos que no estaria de acuerdo con esto. Gale no creía en Dios, así que no se qué hace aquí, Padre; Gale era un buen chico, pero también era listo, y sabía salirse con la suya, no se llevaba bien con él, director, tampoco se por qué está aquí; ni tampoco comprendo por que estáis aquí la mayoría de vosotros. Lo único que sé es que el querría que sonriésemos en este momento, ya que llorar por él no ayudaría ni a uno ni a otros.

Pienso en él, y en su preciosa sonrisa, siempre presente en su rostro, y pierdo el hilo de lo que estoy contando. Sé que sigo hablando, contándoles algo que les caer las lágrimas a su madre y a Rebecca, pero no tengo ni idea de qué es.

>> Te echaremos de menos, Gale.

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Rebecca

Jane baja del atril. Nos ha dejado a todos emocionados. Le ofrecen a Joseph hablar, pero decide no salir, alegando que después del discurso de Jane, no haría más que quedar en ridículo. Y se ríe.

Sin embargo, a nosotras nos dice:

- Chicas, tengo una hombría que mantener, y si salgo ahi, lloraré más que una magdalena. Él lo comprendería - y vuelve a reír, esta vez más forzosamente.

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Joseph

Después del shock en que dejó a la mayoría de los presentes las priemras palabras de Jane. Poca gente se atrevió a salir a hablar, y la ceremonia se aceleró en gran emdida. Creo que en el fondo ese era el propósito de Jane. Al fin y al cabo, Gale no habria querido un funeral, y mucho menos uno de este tipo.

Al acabar, se despeja rápidamente la zona. Ya casi ha anochecido y el frío hace mella en la gente. Rebecca y yo nos cobijamos en un árbol cercano mientras esperamos a Jane, que esta hablando con Albert.

Se dan un abrazo y Albert se va con sus amigos, no sin antes dirigirle unas palabras a su hijo, el padre de Gale, y su nuera. Jane viene hacia nosotros.

- ¿Nos vamos? - pregunto.

- Sí, ya empieza a hacer frío. Ha sido precioso, Jane.

Ela sonríe.

- Gracias. Id yendo vosotros, prefiero quedarme un rato.

- Vale. Luego nos vemos. ¿Quieres mi abrigo? Debes estar helada.

- No, no. Estoy bien. Idos ya.

- Estoy preocupada por ella - me dice Rebecca mientras nos alejamos.

- Sí, yo tambien. Pero es mejor dejarla, ya vendrá cuando esté lista.

Finalmente, salimos del cementerio, dejándola ahí sola. Es la única alma viva que queda en ese lugar.